Cuando Japón bombardeó la base americana de Pearl Harbor el 7 de
diciembre de 1941 sin previa declaración de guerra, no sabía lo que se
le venía encima. Y es que el 6 de agosto de 1945 EEUU se tomó la
revancha con creces. Esta vez no sobre una base aérea, sino directamente
sobre la población civil de la ciudad de
Hiroshima, repitiendo la operación tres días después sobre Nagasaki.
Así fue como el "
bando bueno" dio carpetazo final a la
Segunda Gran Guerra de la historia moderna, violando el tratado de La
Haya y dejando más de doscientas mil víctimas sólo con la primera bomba.
Pero esto sólo lo hizo para dar por finalizada una guerra que
prácticamente ya había acabado, por que durante toda la contienda, Japón
ya fue bastante machacado con bombas convencionales e incendiarias por
toda su geografía.
Fue en uno de esos bombardeos, donde el joven de 15 años
Akiyuki Nosaka,
perdería a su padre, donde su madre contraería una grave enfermedad y
su hermana moriría poco después por malnutrición. Tiempo después,
Akiyuki escribiría la novela que le daría la fama "
La tumba de las luciérnagas", donde vemos mucha similitud entre su obra y su experiencia personal.
En 1988, el prestigioso estudio japonés de animación
Studio Ghibli, con
Isao Takahata
en la dirección llevó dicha novela a la pantalla. La historia
transcurre en el verano de 1945. Durante un bombardeo a la ciudad de
Kobe, Seita de catorce años, corre junto a su hermana de cinco. Con la
confusión y las bombas incendiarias, los niños no consiguen llegar al
búnker donde les espera su madre. Después del bombardeo Seita logra
encontrarla malherida en un hospital de campaña. Poco después la madre
muere, y ellos son acogidos de mala gana por unos tíos que hacen cada
vez más patente el desprecio hacia ellos, así que deciden abandonar la
casa e irse a vivir por su cuenta, alojándose en un refugio antiaéreo
abandonado. Pero aquí no les irá mejor, ya que la comida escasea tanto
como la ayuda de los demás, y así, la desnutrición se hace cada vez más
evidente, haciendo estragos en la pequeña.
Con la excusa del 20º aniversario de la película,
Jonu Media
sacó una edición que consta de 3 DVDs,
uno con la película original, otro con una copia restaurada, y un
tercero con los extras. Siendo la edición japonesa mucho más completa,
que salió el 6 de Agosto, coincidiendo con el triste aniversario del
lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima.
En 2005, el director
Sato Toya
realizó una nueva versión de la novela, esta vez con actores reales,
pero en ella se basaba básicamente en la relación de los dos niños con
su tía. Ésta, al contrario que la versión animada, es totalmente
prescindible.
Isao, famoso por sus adaptaciones al anime de "Heidi" y "Marco", supo
llevar esta historia con maestría y ternura, realizada con una visión
muy seria y objetiva, evitando el sentimentalismo barato prescindiendo
de edulcorantes, tratando a su público con madurez. Aunque es una cinta
de animación, tiene una duración de 93 minutos, que no se nos hace
largos en ningún momento, combinando drama con momentos de ternura,
consiguiendo que la trama no se nos atragante a pesar de su crudeza. A
los cinco minutos de la película, nos olvidamos de que se trata de
dibujos animados, sintiendo una gran empatía hacia los personajes, los
cuales nos parecen muy reales. Demostrándo a más de un profano que el
cine de animación no va destinado sólo a niños.
Mientras vemos esta película podemos sentir más de una vez cierta
incomodidad, pero no por la historia en sí, nos hace sentir incómodos
cuando recapacitando, nos damos cuenta de que pertenecemos a la misma
especie de todos aquellos que provocan la situación de los niños, que
por culpa del miedo, el egoísmo, la avaricia y ese, a veces maldito,
instinto de supervivencia que nos empuja a actuar de la manera más vil
hacía aquellos que merecen esa supervivencia más que nosotros mismos.
Demostrándonos, una vez más, que son los más débiles los que acaban
sufriendo las consecuencias de la irracionalidad y ambiciones de los más
fuertes.
Su banda sonora, compuesta por el genio Jo Hisaishi nos trasmite en
cada momento, a veces más, que las propias imágenes, consiguiendo que
sintamos más que ver.
La columna vertebral de la historia son las vicisitudes de los dos
pequeños protagonistas, pero su trasfondo va más allá, haciendo un
profundo análisis de la cultura japonesa, de la importancia que se le
da, en dicho país, a la unión y estructura de la familia, y de cómo el
actual gigante económico y tecnológico vivió su posguerra, machacado por
haber elegido el bando equivocado.
A pesar de que su tema sea reiterativo, y su mensaje antibélico
redundante, dado el número de veces tratado en tantas y tantas
producciones, independientemente sean sus personajes dibujados o carne y
hueso, me parece que su visionado debería ser obligado para todo el
mundo, y que no echen a nadie para atrás los comentarios de la dureza de
la historia que nos cuenta. Por que por muy manido que esté ya el tema,
está visto que no aprendemos, y volvemos a cometer los mismo errores,
haciendo sufrir de nuevo a los más inocentes. Y esta película nos lo
hace más patente por el simple hecho de verlo todo a través de la
ingenuidad de los ojos de los dos niños, acentuando más aun el absurdo,
el sinsentido y la irracionalidad de cualquier guerra.
A veces he dudado en echarle un nuevo visionado a la cinta, por que
considero que es la película más triste que he visto. Y es esa misma la
razón que me empuja a verla de nuevo. Con una ingenua irracionalidad
deseo que esta vez la historia cambie, pero entonces no sería la lección
moral magistral que nos quiere hacer llegar, y que si los que hoy
siguen provocando estas cosas en el mundo, fueran condenados a ver este
tipo de historias infinidad de veces, como aquella secuencia de "
La Naranja Mecánica", a ver si por una vez, como dijo
José Luís Garci, fuese cierto eso de que
el cine nos hace mejores personas.