Siempre
que se habla de una película española, tristemente se
vuelve al eterno debate de cine español sí, cine
español no. Así que para reseñar esta película,
habría que señalar a los que están cargados de
prejuicios cuando de cine patrio se trata, que merece la pena su
visionado, para poder cambiar ese pensamiento arcaico.
Siempre
he dicho que a mí me da igual la nacionalidad de una cinta, si
es una buena película, lo mismo me da que sea americana,
española, francesa, o del país de la piruleta. La única
diferencia es el presupuesto cuando a cine de género nos
referimos, y la falta de él es el problema más
acuciante que sufre la cinta que nos ocupa hoy.
La
premisa de la segunda cinta de los hermanos Alex y David Pastor sigue
la senda de su ópera prima que fue “Infectados”, donde en
ella se narraba la odisea de sus protagonistas huyendo de un virus
que ha erradicado casi por completo a los habitantes del planeta.
Esta vez es un virus que provoca una especie de agorafobia colectiva,
donde la gente no puede salir a la calle sin sufrir unas trágicas
consecuencias. Obligándolos a permanecer bajo techo, o bajo la
superficie en el caso que quieran desplazarse. Es así como se
moverán Marc (Quim Gutiérrez) y Enrique (José
Coronado), el primero tratando de encontrar a su novia, el segundo
con una premisa muy pobre de guión, que ya descubriréis.
Hay
quien ha comparado la trama con “El incidente” de M. Night
Shyamalan. A mí me recordó más a “El ángel
exterminador” de Luis Buñuel, y es que ambas cintas
comparten, aparte de la imposibilidad psíquica de abandonar,
la estancia en el caso de la obra de Buñuel, los edificios en
el de los hermanos Pastor, es el desconocimiento del hecho que lo
causa, y del que no nos enteraremos en la película. Pasando
este hecho a segundo plano, dando protagonismo a los efectos que
provoca. Recordando en algunos momentos a la obra de Cormac
McCarthy, “La carretera”.
Una
idea que puede resultar atractiva a la hora de narrar los
acontecimientos. En pantalla puede que no luzca tanto, y es que la
falta de medios es evidente, y la reiteración de los
directores en reflejar la ausencia de ser humano en las calles, quita
credibilidad a la historia al notarse demasiado los efectos
digitales, a años luz de producciones con mayor presupuesto.
Por eso es en las escenas interiores, donde radica la fuerza del
guión, al tirar de las interpretaciones, donde Quim llega a
flaquear, haciéndose esto más evidente ante Coronado,
que con el cambio de registro y evolución de su personaje nos
vuelve a demostrar el gran actor que es.
Película
que a pesar de su premisa, notamos que nos falta algo, algo que la
convierta en la gran película que podría haber sido,
quedando solo en una cinta entretenida y palomitera, que al menos
destaca ante otros títulos patrios más pretenciosos
que hacen que la mayoría siga prejuzgando al cine español.
A mí me gustó pero quedaron algunas cosas en el aire... pero los efectos especiales serían más bien "especiales" porque se notaban que estaban hechos con bajo presupuesto... pero bueno... me entretuvo que ya es mucho...
ResponderEliminarPues sí, que aunque parezca obvio, que una película entretenga, en estos tiempos, ya es mucho.
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